domingo, 3 de mayo de 2009

La increíble mano de Omar Bustos


Los zapallos, 2005 (acrílico 48x55)



Omar Bustos sorprendió a todos con su muestra en la Biblioteca Sarmiento, de la que inclusive ya vendió tres obras.

Dialogamos con él sobre su explosión creativa: como ya ocurrió otras veces nos olvidamos el grabador de voz, por lo que desgrabamos directamente de la memoria con la mayor dignidad posible.

La exposición podrá ser vista hasta el próximo jueves 7, cuando estaremos preparando la que se viene (así estamos, muestra sobre muestra).

Subimos a nuestra galería los doce acrílicos de Bustos: picasa
para mirar mientras leen la nota.


Comienzos
Una cosa es cuando empecé a pintar y otra cosa desde que me gusta. Y pienso: desde que nací, quedaba como embobado mirando arte. Después fui a la escuela técnica donde tuve mi primer acercamiento al dibujo, pero lo que ves recién explotó en el 2004. Y creo que ocurrió porque soy un atrevido, me atreví a hacerlo, aunque en el medio esté la sensibilidad de uno, y yo soy muy sensible. Creo que todos tenemos algo así escondido, si sos receptor de sentimientos también sos transmisor. Puede parecer pedante, pero creo que cuando uno admira algo de afuera también debe intentar formar parte.


La pintura, la técnica, el espacio de creación
La técnica es propia, nunca fui a un profesor a que me enseñe. Pienso que un profesor cuando enseña siempre enseña su propia técnica. Aprender aprendo de todos, hasta de los que no saben, para no cometer los mismos errores. Soy muy meticuloso (no necesita explicarlo, se ve en los cuadros), igual considero que las ganas y la emoción de uno se notan. Trabajo con fotos, eso me da lugar para “retacear” el tiempo, como yo digo, porque mi ocupación no me permite hacer todo en un día. Y siempre tengo que pintar con música, escucho desde Deep Purple a Van Der Graaf, música inglesa principalmente.


Íconos
Yo tengo tres íconos, no "ídolos" porque no me gusta decir. Soy fanático admirador de Molina Campos, del que en casa había los primeros almanaques; de Jorge Frasca, mi ícono a la hora de pintar casas; y de Carola Tadeo, a quien conocí, una artista joven de San Antonio de Areco que pinta los mejores caballos.Nombra a otros pintores como Nidia Petrina, destacada por sus naturalezas muertas, y entre los clásicos a Rembrandt y Monet.


Las obras
Bustos ya vendió más de 140 obras, muchas surgieron –y surgen- a pedido, una de las primeras fue la esquina de la agencia de autos Rattigan, que causó gran sorpresa entre los observadores, “no sé cómo hiciste para lograr eso con semejante cosa”,
cuenta que contaron. Igual reconoce tener debilidad por las casas antiguas –algunas desaparecidas que reconstruyó a través de relatos-, los caballos y otras imágenes de nuestro campo extendidas a lo cotidiano. Por lo que esta muestra en la Biblioteca Sarmiento, es una mirada bastante completa sobre sus trabajos.

Esta muestra
“A mi papá” es el único cuadro que no se vende, ofrezcan lo que ofrezcan. Me recuerda a algo que él siempre quiso. La obra “La tahona” tiene una gran historia. Es la casa -prosigue- que está sobre la calle Vélez Sarfield, pasando Uruguay. Fue pintada tal como era hace 120 años más o menos, según el relato del dueño. Si van a ver ahora está cubierta de vegetación y le falta una parte. No nos queda otra que creerle, incluso la grieta que vemos en la pared de lo que era el granero y juntador de otras provisiones –hoy faltante- viene de ese viejo relato. Y más, según parece, la casa habría alojado durante un tiempo a un hijo reconocido de Juan Moreira.
Las otras dos casas que se exhiben en esta muestra -con historias más cercanas y conocidas por casi todos- son “Boliche de Rivas” sobre Brandsen y 9 de julio, ahora un cráter baldío, y la casa de la esquina de Lara y 9 de julio, todavía en pie (¿le habrá puesto “A la vuelta de la esquina” por estar a una cuadra de la Biblioteca?, no le preguntamos). Y por último “Boliche de campo” –la obra de menor tamaño- es un homenaje al pintor Jorge Frasca, y no rescata ningún lugar de Cañuelas en particular (1).



Nota del blog (1): En la entrevista a María Cristina Galli, ya habíamos subido una pintura que realizó Bustos de la esquina donde funcionaba el taller de Galli (esq. Brandsen y Del Carmen), resultante de un regalo de Bustos a la pionera local.

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