La revista Humor Registrado fue una de las producciones de prensa gráfica que sobrevivió la censura durante el proceso militar. Abierta en 1978 por el querido y talentoso Andrés Cascioli –quien inclusive diseñaba sus famosas tapas- duró hasta 1997. Durante la dictadura creó un nuevo tipo humor político, resistiendo las intimidaciones y las amenazas de cierre que efectivamente sufrían otras revistas y periódicos.
Cascioli venía de distintos proyectos de revista frustrados por la censura: Satiricón, cuyo primer número salió en 1972, censurada varias veces y cerrada definitivamente en 1974, y Chaupinela, revista parida en 1975, que según su director sería un “precalentamiento” muy valioso para lo que luego sería Humor.
En la recopilación que mostramos, Cascioli explica la paradoja que fue resistir la censura desde varios frentes y en distintas épocas: “Mientras que para los militares éramos comunistas (de acuerdo con las enseñanzas adquiridas en la escuela de Panamá), para el gobierno de Isabel y López Rega éramos gorilas. Años después –ya en plena restauración democrática- la acusación cambió: se nos empezó a tildar de ‘radicales’”.
Andrés Cascioli falleció el 24 de junio del año pasado, cuando tenía un reconocimiento casi unánime de los colegas y el público; la revista BePé (de las Bibliotecas Populares) le dedicó uno de sus números, producción donde colaboró por última vez con sus tapas.
El libro que presentamos es una edición realizada por Musimundo en 2005, dirigida por el mismo Cascioli, selección de diferentes momentos de la revista entre 1978 y 1983 en una suma de 500 páginas. Además de las tapas, y de los notables humoristas que ilustraban su interior con historietas y chistes (Fontanarrosa, Crist, Maicas, Ceo, Tabaré, entre muchos), la revista traía destacados artículos de opinión y también entrevistas, totalidad que la transformaba en una revista cultural que llegó a vender más de 300 mil ejemplares, algo hoy casi inalcanzable . La selección contiene reportajes a Julio Cortázar, Antonio Cafiero, Atahualpa Yupanqui, Jorge Luis Borges, César Luis Menotti, Adolfo Pérez Esquivel, Joan Manuel Serrat, Arturo Illia –una de las últimas antes de su muerte-, entre otros; de todas ellas elegimos fragmentos de dos, por tratarse de mensajes comprometidos en ese momento y por lo tanto hoy perdurables: A Hebe de Bonafini –presidenta de las Madres de Plaza de Mayo hasta la actualidad- y a Raúl Alfonsín, quien antes de sus acciones como Presidente fuera uno de los primeros políticos comprometidos con la causa de los Derechos Humanos.
Y al final tres imágenes con contenido humorístico para ampliar.
Entrevista a Raúl Alfonsín. El compromiso de Alfonsín con los Derechos Humanos –que inclusive viene de antes de la dictadura- es bastante conocido. Al respecto en esta nota habla del concepto de “subversión” –palabra que el Proceso utilizaba para esconder y justificar el terrorismo de estado contra grupos supuestamente de extrema izquierda- y la define aceptándola como un hecho en que por su metodología “se subvierten los valores del hombre”. Lo que sigue en la entrevista es lo que normalmente se considera la teoría de los dos demonios luego borrada del Nunca Más (era parte del primer prólogo de Ernesto Sábato): “siendo el objetivo de la subversión terminar con un estado de derecho, en alguna medida se triunfa cuando la represión se realiza por encima del estado de derecho” sostiene Alfonsín en 1981. Tal vez resulte hoy más interesante discutir cuál es el estado de derecho que corresponde a una democracia y cuáles las metodologías viables a una teoría que en cualquiera de los casos pareciera más destinada a justificar la violación de derechos humanos que a reparar en ellos. Y siendo Alfonsín hoy una figura universalmente reconocida podemos “perdonarle” dichos de una entrevista de 30 años atrás. La postura de Alfonsín, el camino que nos lega, es más o menos el expresado en la introducción de la nota: “Su estrategia se basa en dos pilares: la democracia y la renovación. En ese orden”. Luego comenta la gestión del Ministro de Economía del Proceso, Alfredo Martínez de Hoz; el líder radical seguramente hubiera congeniado con la declaración de Antonio Cafiero a esta misma revista al año siguiente: “Es tan contradictorio este proceso que no ha dejado ningún legado válido ¡Nada!”.
(Fragmento de la nota)
-¿En una democracia, qué lugar deben ocupar las Fuerzas Armadas?
-Es evidente que en el mundo han pasado algunas cosas, se ha ido del concepto de defensa nacional al concepto de seguridad nacional, y esto ha significado riesgos muy grandes para la democracia, porque a través de la hipertrofia de este valor de la seguridad nacional es donde claudican todas las ideologías. Fíjese que los mismos argumentos que da la Unión Soviética para invadir Afganistán, son lo que tiene Estados Unidos para actuar en Centroamérica, y sobre la base de la hipertrofia de la seguridad nacional.
Hay muchos estudiosos que analizan el problema en Latinoamérica; unos dicen que es la dependencia, y tienen un poco de razón, porque no se puede estar en un país en libertad si ese país no es independiente. Y nosotros, de la época de la colonia en adelante, hemos sufrido la influencia de los imperialismos de turno; otros dicen “es la pobreza”, y también es cierto, porque la democracia requiere una participación racional del pueblo y muchas veces la miseria lo impide.
Acá están esos dos problemas, por un lado la oligarquía y, por el otro, esa metodología repugnante de la subversión, calificativo que yo acepto por el hecho de que se subvierten los valores del hombre. Pero al hablar de esto, hay que hablar también de la represión que se hizo, lesionando derechos humanos. En cierta forma, siendo el objetivo de la subversión terminar con un estado de derecho, en alguna medida se triunfa cuando la represión se realiza por encima del estado de derecho.
-¿Qué cree que lo impulsó a Martínez de Hoz a llevar adelante una política que fuese criticada por todos los sectores?
-Yo creo que su fanatismo, su fanatismo ideológico, su fanatismo de derecha, que es más duro y tenaz que el fanatismo de izquierda…También, más que nada, la defensa de una clase, pero hecha con fanatismo. “No correr más riesgos, más miedos, es preferible un país chico a un país peligroso…”. Este es el único país que planificó achicarse. La política de Martínez de Hoz es como si hubiera caído una neutrónica al revés; los seres estamos vivos pero se ha deshecho todo a nuestro alrededor. El aparato productivo de la Nación…
-¿Qué va a pasar con los desaparecidos?
-Este es un problema realmente gravísimo. Creo que es necesario decirle al país qué es lo que está ocurriendo, producir un acto de sinceramiento, para que se sepa a qué atenerse al respecto…
Tiene que haber una decisión del gobierno sobre la base de las listas que la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos ha elaborado con seriedad, sin perjuicio de que puede haber errores, para que en los casos que pueda conocerse qué es lo que ha sucedido con esas listas, el gobierno lo manifieste.
Por Mónica Moncalvillo. Nº 62, julio de 1981
Entrevista a Hebe Pintos de Bonafini. Lo más notorio de esta nota es el descubrimiento –para los que no vivimos la época y no leímos demasiado- de que el movimiento Madres de Plaza de Mayo en sus orígenes se hizo prácticamente fuera o en contra de casi todos los poderes establecidos. Andrés Cascioli comenta en 2005 sobre la entrevista: “Los grandes medios, como lo dice la entrevistada, eran renuentes a aceptar a las Madres, aunque ya su peso real en la agenda política se imponía. Esta es la primera entrevista en un medio de alta circulación”. La nota es de octubre de 1982.
(Fragmento de la nota)
-¿Cuántas empezaron y cuántas son ahora?
-Empezamos catorce y hoy, tenemos 2.500 madres asociadas en todo el país; pero consideramos que toda madre que tenga un hijo desaparecido es una madre de la Plaza de Mayo.
-Antes de integrar esta Asociación ¿qué actividades desarrollaban usted y la mayoría de las madres?
-A ninguna madre se le pregunta qué ideología tiene o qué hace; tampoco le preguntamos qué hacían sus hijos. Nosotros no defendemos ideologías, defendemos la vida. Acá una madre viene y dice “me falta un hijo”, y ya es una madre de Plaza de Mayo.
-Obviamente, no es un grupo politizado…
-No hay ninguna madre que haya tenido alta figuración política; no hay ninguna señora que haya sido candidata a diputado, senador ni concejal. Nosotros no defendemos ideologías, defendemos el derecho a la vida, y nuestra gran preocupación es que no seamos manejadas por ningún partido político.
-¿Qué actitudes tuvieron los políticos ante los reclamos de ustedes?
-Fue muy duro…Caminar, golpear puertas, ese empuje, como te decía antes, que nos llevó ese día que se reunió por primera vez la Multipartidaria, sin pedir audiencia o permiso a nadie…Siempre vamos a exigir la aparición con vida, hasta que los culpables respondan dónde están nuestros hijos. Cada vez que había una reunión de políticos, aparecíamos y hablábamos y todas les pedíamos que se preocuparan por los desaparecidos. Ahora hay algunos que piden, no tan duramente como debieran ni tan fuerte como quisiéramos, pero algo se ha avanzado.
-¿Han tenido respuesta sobre algún caso de un desaparecido?
-No, ninguna respuesta concreta…Las Fuerzas Armadas se caracterizan por silenciar, por ocultar, por querer tapar el sol con las manos…Y aunque tengamos una enorme cantidad de datos, nunca responden.
-¿Existen entonces esos “campos de concentración”?
-Claro que existen, porque en algún lugar siempre los tuvieron. Hemos tenido incluso testimonios extraoficiales, de gente del SIDE, que ha confirmado y asegurado que hay mucha gente y que están bien cuidados y tratados.
-¿Por qué políticos bien informados, como pudo haber sido el doctor Balbín, insisten en que no hay desaparecidos, sino muertos…?
-Porque creo que para los políticos resultaría más fácil si estuvieran muertos. Va a ser mucho más difícil –para los que hoy están tratando de volver- resolver el problema si existen desaparecidos…Si todos creemos que están muertos, no va a haber desesperación por encontrarlos. Y decirles a todas las madres que sus hijos están muertos, es una forma de allanarles el camino a los militares.
-Los reclamos y la búsqueda de sus hijos son justos. Pese a ello, a ustedes las han atacado y han sido objeto de acciones intimidatorias…
-Somos “las madres de subversivos”…Hemos sido atacadas desde el principio, nos han llevado detenidas muchas veces; han tratado de prohibir nuestra marcha otras tantas; nos sacaron de la Plaza con ametralladoras, cargadas como para la guerra, y hasta han llegado a pegar el grito de “¡apunten!” y nosotros les hemos gritado “¡fuego!”…Si vamos llegando a nuestras casas de noche y un Falcon nos hace señales con las luces, no sabemos qué puede pasar, pero no nos importa…Son mucho más fuertes las ganas de encontrar a nuestros hijos. La lucha ha crecido tanto que es mayor que el miedo a ir detenida, o a que nos pongan policías en la Plaza hasta en los árboles.
-¿Las han ayudados los medios de comunicación?
-Los medios reales de comunicación, a los que se puede llamar de comunicación, últimamente están hablando de las madres; los otros, los que son de incomunicación, como los canales de televisión, las radios estatales, no. Pero nuestra lucha la hemos hecho solas, sin iglesias, sin academias, sin partidos políticos, sin medios de comunicación, y sin la debida asistencia oficial, sin nada.
-¿La Iglesia las ha apoyado?
-Con algunas excepciones, no hemos recibido ningún tipo de ayuda, para nada. Incluso hemos pedido reiteradas veces la entrevista con monseñor Aramburu y nunca hemos tenido respuesta. Hay cosas que son aterradoras. En la época de mayor represión, cuando nos hacían disparar de cualquier forma de la Plaza de Mayo, la Catedral cerraba sus puertas, para que no nos pudiésemos guarecer allí.
Por Mónica Moncalvillo. Nº 92, octubre de 1982
Libros sobre la dictadura en la Biblioteca:El año pasado abrimos un espacio dedicado al tema aquí.
Queda para otro momento explayarnos un poco sobre la descomunal represión que sufrieron los libros; el trabajo “Un golpe a los libros” de Hernán Invernizzi y Judith Gociol, que figura en nuestra lista, es uno de los más completos que se han escrito.
Imágenes: 1) Nº100 marzo de 1983; 2) Ceo Nº91 octubre de 1982; 3) Limura Nº104 abril de 1983:
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ResponderEliminarMuchas gracias, un honor.
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