sábado, 14 de abril de 2012


Los estudios sobre el tango y la mesomúsica en Carlos Vega. Entrevista a Coriún Aharonián


El compositor y musicólogo uruguayo Coriún Aharonián realizó la edición del libro póstumo de Carlos Vega acerca del tango. Afirma que el cañuelense “planteó por primera vez en el mundo la necesidad de tomar en serio la música popular” adelantándose en el tiempo, y que aún no tiene el reconocimiento continental que merece.

 
Coriún Aharonián (1) es hoy responsable del Centro Nacional de Documentación Musical “Lauro Ayestarán” en la capital uruguaya. Lauro Ayestarán, principal musicólogo del vecino país, fue discípulo directo de Carlos Vega.
Al morir Vega en 1966, deja inconcluso su proyecto de libro sobre el tango, las hermanas y herederas sabiendo la importancia del estudio, ponen en manos de su amigo Lauro Ayestarán todas las carpetas. Ayestarán ordena e inventaría las mismas, pero lo sorprende la muerte apenas unos meses después.
Aharonián se hace cargo del proyecto tras 40 años -luchando desde mucho antes- y publica en 2007 con la ayuda de la Universidad Católica Argentina el libro de Carlos Vega con el título sugerido por Ayestarán: “Estudios para los orígenes del tango argentino”.

-En una publicación suya (ver) clarifica la importancia del concepto de la "mesomúsica" (o música del medio) en  Carlos Vega, como un adelanto para mejor interpretar la música de hoy. Usted presenta una lista de producciones que va desde Beethoven, Pavarotti, Beatles, Frank Zappa, hasta los primeros tangos, la bossa nova y Litto Nebbia. "Valorar la música que oímos todos los días", decía Vega al respecto, a pesar de no haber escuchado mucha de la música citada. ¿Cree que sigue teniendo vigencia el concepto para entender hoy y relacionar la música que escuchamos en la radio por ejemplo, con sus orígenes cultos y aun primitivos? La pregunta es también en virtud de la importancia de que los aportes de la musicología lleguen a un mayor público, el nombre Carlos Vega aquí sigue siendo poco conocido, o no lo suficiente, incluso por los músicos, estudiándose sólo en ámbitos especializados.
-Lo importante del aporte de Vega es el haber planteado por primera vez en el mundo la necesidad de que la musicología tomase en serio a la música popular y la estudiase con el mismo rigor con el que se estudiaba la música culta y la música folclórica. En esa época, el término "música popular" era comprensible sólo en algunas regiones del mundo (en España, Francia e Italia por ejemplo, significaba otra cosa), por lo que Vega trató de esquivar discusiones inútiles y propuso un neologismo para definir ese campo de estudio. El término propuesto en 1965, "mesomúsica", no era demasiado feliz, pero resultó (y sigue resultando) útil muchas veces para tener claridad científica, si bien desde mediados de los ochenta se ha estado imponiendo "música popular" internacionalmente, con lo que la necesidad de la palabra "mesomúsica" ha quedado drásticamente reducida.
Es cierto que el nombre de Carlos Vega es poco conocido en su país natal, pero eso ocurre no sólo con Carlos Vega, y no sólo en la Argentina. En el caso de Vega ha habido un ensañamiento parricida bastante grande. He peleado contra ese ensañamiento durante décadas.
 
-¿Qué anécdotas puede recordar, cuál era la valoración personal y como investigador, que hacía Lauro Ayestarán de Carlos Vega?
-Dentro de poco serán publicados dos textos míos en los que analizo la relación de Vega y Ayestarán. Uno en la revista del instituto que lleva el nombre de Vega en la Universidad Católica de Buenos Aires, y otro en un libro sobre Vega de la editorial Gourmet Musical que reune artículos de numerosos musicológos reunidos por Enrique Cámara. Ayestarán tenía en altísima estima a Vega y se consideraba su agradecido discípulo.
 
-¿En qué momento se encuentra el Centro de Documentación “Lauro Ayestarán”? ¿Cuál es el aporte que esperan brindar a la comunidad uruguaya y latinoamericana?
-El Centro Nacional de Documentación Musical se ha creado con grandísimas dificultades administrativas, como suele ser habitual en nuestros países. Hemos contado, por suerte, con el decidido apoyo de dos sucesivos ministros de Educación y Cultura, la Ing. María Simon y el Dr. Ricardo Ehrlich. Hemos logrado rescatar parte del valiosísimo acervo documental de Lauro Ayestarán, y lo hemos estado poniendo en condiciones de ser, poco a poco, consultado por estudiosos de todo el mundo.
El Centro tiene como finalidad el documentar y difundir las músicas de los uruguayos, pero no se limita a una actividad circunscripta a los límites políticos del país. En nuestra cortísima existencia, ya hemos organizado dos coloquios internacionales del más alto nivel musicológico, uno sobre "Música/musicología y colonialismo" y el otro sobre "La música entre África y América", cuyos textos se recogen en libros.




Los estudios sobre el tango: un Carlos Vega puro

Asomarse a “Estudios para los orígenes del tango…” es hacerlo a una de las personalidades con vocación científica más polémicas y candentes que haya dado el país. Que un musicólogo decida estudiar el tango, ya era raro (2); señala Aharonián en el prefacio “la musicología no se ocupaba de las músicas (y danzas) populares y cedía el estudio de las tradicionales a los especialistas en Folclore”. Vega es la mente ordenadora que viene a pelearse con la opinión y el diletantismo en el campo de lo popular. Y también se adelanta a su época, excediendo en muchos casos el contexto filosófico y las herramientas conceptuales de que disponía, es así que “en su autoexigencia, en su obsesiva búsqueda de rigor, Vega se contradice a menudo. Pero en ese juego dialéctico (…) va demoliendo la tontería habitual y descubriendo verdades fascinantes” (Coriún Aharonián, Prefacio).
El libro además contiene dos anexos, el primero: el ensayo fundacional de Vega sobre la mesomúsica, que constituye el primer esbozo teórico en la historia de la musicología que se ocupa de la música popular como un todo. Presentado en Bloomington (EE. UU.) en 1965, no habría llamado mayor atención, Aharonián cree que una de las razones es que “Vega no era ni inglés ni estadounidense, y ni siquiera alemán o francés, sino un simple, pequeño y desconocido latinoamericano que insistía en vivir y trabajar en su propio país, y que era -¡hasta eso!- incapaz de escribir un ensayo en inglés o de hacer un viaje cada seis meses a Europa”.
El segundo anexo, es un texto sobre Carlos Gardel, que el lector agradecerá. El conjunto, hace pensar que, de publicarse en 1967 como estaba planeado por su autor, otra sería la perspectiva actual acerca del tango y la música argentina.

Montevideo, enero 2012
(Revista La información de Cañuelas, marzo 2012)



Notas

(1) Coriún Aharonián (Montevideo, Uruguay; 4 de agosto de 1940) es un compositor y escritor uruguayo, autor de numerosas obras de cámara y piezas de música electroacústica que se han estrenado en todo el mundo. Estudió en Uruguay, Argentina, Chile, Francia, Alemania e Italia. Sus más importantes maestros fueron los compositores Luigi Nono y Héctor Tosar y la pianista Adela Herrera-Lerena. También recibió clases de Gerardo Gandini, Vinko Globokar, György Ligeti, Gordon Mumma, Folke Rabe, Fernando von Reichenbach, Christian Wolff, y Iannis Xenakis, entre otros. Fue compositor invitado del Berliner Künstlerprogramm del Deutscher Akademischer Austauschdienst en 1984-85. Le fue concedida una beca Guggenheim (2004-05) para realizar trabajo musicológico. Es Ciudadano Ilustre de Montevideo desde 2010 (ver semblanza de Daniel Viglietti).

(2) Alguien que estaba muy al tanto de las publicaciones de Vega sobre el tango –que comienzan en “Danzas y canciones argentinas” de 1936 y luego siguen en artículos y libros en las décadas subsiguientes- era Jorge Luis Borges. Da cuenta de su lectura por primera vez en “Historia del tango”, ensayo que incorpora a la edición de 1955 de Evaristo Carriego. Pero la cita más pintoresca la hace en una conferencia de 1963, que incluye un imperdible comentario sobre Cañuelas (ver pasaje en InfoCañuelas).


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