Cristina Galli, todavía convaleciente y desde la cama, eligió tres libros que le gustaron o marcaron. Uno sobre budismo, donde se toma de la ocasión para hablar sobre su experiencia con la religión oriental.
-“El hombre que susurraba a los caballos” de Nicholas Evans.
-“El principito” de Antoine de Saint-Exupéry.
Recuerda como imagen vívida cuando El principito dialoga con la rosa solo en el planeta.
-“La A” sobre budismo, autor desconocido.
En este último hacemos una paráfrasis para contar el acercamiento de Galli a las enseñanzas budistas. Cristina conoce a un lama en Tanti, Córdoba, en el año 93; allí comienza un camino que la llevaría a Nepal unos años después.
“La A” “son cánticos –explica Cristina- alrededor de la letra A en idioma oriya, tiene que ver con el principio y origen de todo”. Sobre el budismo en general y la razón de su acercamiento, dice: “Yo me preguntaba para qué estamos o por qué somos y adónde vamos, qué pasa con todo esto, y el lama me iba respondiendo esas cosas. A mí me maravilló porque es muy difícil encontrar esas respuestas. Por ejemplo yo jamás las había encontrado en el catolicismo, iba a misa y nada, no me gustaba nada de lo que oía. Entonces pensé, esta es la mía.” Y luego continúa: “ahora lamento un poco no estar más en el tema” y también “que mi marido – al que conoció en el año 98- no se haya enganchado, porque hubiera sido fabuloso”.
(Entrevista a Cristina Galli en el Índice: "Entrevistas").
sábado, 2 de agosto de 2008
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