Interesante artículo aparecido en Clarín sobre la Sociedad Franklin y el modelo de biblioteca que inspiró a Sarmiento. Además, una reseña sobre la primera biblioteca de Argentina fundada por mujeres.
Franklin, las mujeres y una Biblia veneciana
"Si cada uno de nosotros tiene un volumen y lo pone en comunidad, tendremos doce volúmenes para cada uno. Pongamos cien, doscientos, trescientos, y tendremos cada uno cien, doscientos, trescientos volúmenes a nuestra disposición." El filósofo, físico y político Benjamin Franklin era un obrero de imprenta cuando propuso el trato a sus once compañeros. De esta manera fundó en 1731 la Library Company de Filadelfia, el modelo de biblioteca que Sarmiento se entusiasmó con importar de los Estados Unidos al país.
El 17 de junio de 1866 se creó en San Juan —tierra de Sarmiento—, la Biblioteca Popular Sociedad Franklin, que es hoy la más antigua de América del Sur. Los 2.000 volúmenes de su acervo inicial eran donaciones particulares. Para esta fecha, la biblioteca fundada por Franklin ya tenía 800 mil volúmenes.
"La biblioteca para ser útil ha de ponerse al alcance del lector, y no exigir que éste se traslade a buscarla. ¿Por qué hay templos en todos los barrios? El pan del alma debe estar, como el mercado, al alcance del consumidor." La frase pertenece a Sarmiento y sigue teniendo vigencia para todos aquellos que aún creen que el libro y la lectura son un "medio poderoso para levantar el nivel intelectual de una nación".
De entre los fragmentos de historia que estas instituciones escribieron en la Argentina —el propio Leopoldo Marechal fue bibliotecario por años en la Juan Bautista Alberdi, de Villa Crespo; Jorge Luis Borges dio conferencias en todas las bibliotecas habidas y por haber—, hay algunas curiosidades. Es el caso de Gualeguaychú, donde en 1898 Luisa Bugnone y Camila Nievas fundaron la Sociedad por la Patria y el Hogar y allí crearon la Biblioteca Popular Olegario V. Andrade, la primera biblioteca popular fundada por mujeres.
Sería imposible detallar edificios, acervos, historias particulares. Poner en letras todo un itinerario de traslados, cierres y derrumbes. Lo importante, tal vez, sea la resistencia de estos espacios y saber que, además de ser un antídoto a la ignorancia, las bibliotecas muchas veces tienen verdaderos tesoros bibliográficos. Es lo que ocurre con la biblioteca Alberdi de Venado Tuerto, en Santa Fe, que conserva un ejemplar de una Santa Biblia editada en latín, en Venecia, en 1756.
http://www.clarin.com/diario/2000/12/31/s-04104.htm
sábado, 12 de julio de 2008
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