Lo prometido es deuda. Todas las obras y los integrantes de Nosotros.
Rodolfo Morfese contó los secretos del taller.
La exposición colectiva permanecerá en la sede, al menos oficialmente, hasta el 18 de diciembre.
Contemplando las obras, Rodolfo sintetizó el presente y el carácter artístico de cada alumna y colega (en letras oscuras sus palabras).
Aquí todas las fotos picasa
Rodolfo Morfese contó los secretos del taller.
La exposición colectiva permanecerá en la sede, al menos oficialmente, hasta el 18 de diciembre.
Contemplando las obras, Rodolfo sintetizó el presente y el carácter artístico de cada alumna y colega (en letras oscuras sus palabras).
Aquí todas las fotos picasa
en el mismo orden que presentamos a continuación.
-“Inicio”, Lucrecia Carabel. Las últimas tres personas que ingresaron al taller son Susana Giser, Lucrecia Carabel y María Marta Ferro. Lucrecia ingresa sin conocimientos previos, lo que expresa es que “tiene ganas de pintar”.
-“La vuelta”, Susana Giser. Susana había trabajado siempre al óleo y siempre pintura figurativa. Conmigo hizo la intervención en una técnica nueva, que es el acrílico y la pintura no figurativa.
-“Light my fire”, María Ferro. La que tiene una imagen muy propia es María Marta, es casi hiperrealista. Ahora le suma los filetes, el tema que está trabajando. Tiene una obra muy fuerte no exhibida acá, que son una serie de calaveras; como imagen pueden parecer muy desagradables, pero si uno puede abstraerse de la imagen ve el trabajo de la pintura. María Ferro trabaja de tatuadora.
-“Amanecer original”, Marcela Morales. No puedo negar que es profesora de matemática… Pero tiene la capacidad, después de tantos años de trabajo, de trabajar flores, paisajes y la no figuración, con una precisión matemática absoluta.
-“Tengo sed”, Ana Lía Juárez. Es una de las colegas que más admiro. Íbamos a Bellas Artes juntos pero ella un año antes que yo, entonces me enseñó a bocetar las primeras xilografías. Ahora la llevé también a la no figuración, que no había trabajado nunca; de este cuadro lo admirable es la combinación de esos objetos transparentes que tienen hasta movimiento.
-“La hora del color”, Bety Barreto. Bety es mi gran amiga. Trabaja desde lo figurativo a lo no figurativo, y en este caso hace una técnica mixta mezclando elementos.
-“Me tenté”, Paola Villalba. Paola recrea imágenes de otros pintores, además de su obra personal. Lo interesante de Paola es que con mínimos recursos logra hacer una obra: mínimo de color, de material y de tamaño. Este cuadro está inspirado en la pintura de Dalí “Las tentaciones de San Antonio”.
-“La dama del sombrero”, Mónica Clemente. Mónica; ella pinta por el placer de pintar. Y se atreve a todo por ese placer, porque con la intención de que las cosas salgan bien muchas veces se pierde el placer del hacer. Estás preocupado porque tiene que quedar lindo y guste a la gente. A Mónica no le importa nada de todo eso: pinta cosas, objetos, sombras, porque quiere.
-“Tras los pasos”, María Estela Rizzi. Es otra de las personas que va al taller por el placer del hacer. Tampoco tiene una preocupación por los resultados a obtener. Puede trabajar sobre diferentes superficies y diferentes técnicas; es el hacer, que es lo valioso. El placer del arte en sí.
-“¿Quién es?”, Griselda Picco. Griselda tiene una formación en Bellas Artes, y también creo que logra en el taller para ella tener un tiempo para trabajar. Es como yo le digo a Ana Lía, “si tuviera un tiempo libre iría a tu taller”, porque eso me obligaría a pintar una vez por semana. Ella tiene una formación académica, pero también encuentra mucho placer en lo que hace.
-“Y del otro lado…”, Marisa Caeiro. Es la única persona que puede hacer suyo eso de “con lo que encontré, hice”. No es que boceta, diagrama y manda a cortar los materiales. Encontró un pedazo de madera, de vidrio, y lo calzó. Puede trabajar lo figurativo o lo no figurativo, según su estado de ánimo. Lo que tienen en común sus últimas obras es la escritura, que no hay que entender como escritura, sino como grafismo.
-“Ventana al verano”, Marianela Raggi y “Sín título”, Rocío Romero. De Rocío y Marianela no puedo decir nada, porque son mis colegas y compañeras de taller, Nosotros I y Nosotros II. Si mirás los cuadros de Marianela Raggi, después de haber visto varios, te das cuenta que tienen un color propio y una imagen propia que la identifica. Y pasa lo mismo con Romero. Ella tiene paleta propia y una fuerza propia, si viste varios romeros, te das cuenta cuál es un romerito.
-“Inicio”, Lucrecia Carabel. Las últimas tres personas que ingresaron al taller son Susana Giser, Lucrecia Carabel y María Marta Ferro. Lucrecia ingresa sin conocimientos previos, lo que expresa es que “tiene ganas de pintar”.
-“La vuelta”, Susana Giser. Susana había trabajado siempre al óleo y siempre pintura figurativa. Conmigo hizo la intervención en una técnica nueva, que es el acrílico y la pintura no figurativa.
-“Light my fire”, María Ferro. La que tiene una imagen muy propia es María Marta, es casi hiperrealista. Ahora le suma los filetes, el tema que está trabajando. Tiene una obra muy fuerte no exhibida acá, que son una serie de calaveras; como imagen pueden parecer muy desagradables, pero si uno puede abstraerse de la imagen ve el trabajo de la pintura. María Ferro trabaja de tatuadora.
-“Amanecer original”, Marcela Morales. No puedo negar que es profesora de matemática… Pero tiene la capacidad, después de tantos años de trabajo, de trabajar flores, paisajes y la no figuración, con una precisión matemática absoluta.
-“Tengo sed”, Ana Lía Juárez. Es una de las colegas que más admiro. Íbamos a Bellas Artes juntos pero ella un año antes que yo, entonces me enseñó a bocetar las primeras xilografías. Ahora la llevé también a la no figuración, que no había trabajado nunca; de este cuadro lo admirable es la combinación de esos objetos transparentes que tienen hasta movimiento.
-“La hora del color”, Bety Barreto. Bety es mi gran amiga. Trabaja desde lo figurativo a lo no figurativo, y en este caso hace una técnica mixta mezclando elementos.
-“Me tenté”, Paola Villalba. Paola recrea imágenes de otros pintores, además de su obra personal. Lo interesante de Paola es que con mínimos recursos logra hacer una obra: mínimo de color, de material y de tamaño. Este cuadro está inspirado en la pintura de Dalí “Las tentaciones de San Antonio”.
-“La dama del sombrero”, Mónica Clemente. Mónica; ella pinta por el placer de pintar. Y se atreve a todo por ese placer, porque con la intención de que las cosas salgan bien muchas veces se pierde el placer del hacer. Estás preocupado porque tiene que quedar lindo y guste a la gente. A Mónica no le importa nada de todo eso: pinta cosas, objetos, sombras, porque quiere.
-“Tras los pasos”, María Estela Rizzi. Es otra de las personas que va al taller por el placer del hacer. Tampoco tiene una preocupación por los resultados a obtener. Puede trabajar sobre diferentes superficies y diferentes técnicas; es el hacer, que es lo valioso. El placer del arte en sí.
-“¿Quién es?”, Griselda Picco. Griselda tiene una formación en Bellas Artes, y también creo que logra en el taller para ella tener un tiempo para trabajar. Es como yo le digo a Ana Lía, “si tuviera un tiempo libre iría a tu taller”, porque eso me obligaría a pintar una vez por semana. Ella tiene una formación académica, pero también encuentra mucho placer en lo que hace.
-“Y del otro lado…”, Marisa Caeiro. Es la única persona que puede hacer suyo eso de “con lo que encontré, hice”. No es que boceta, diagrama y manda a cortar los materiales. Encontró un pedazo de madera, de vidrio, y lo calzó. Puede trabajar lo figurativo o lo no figurativo, según su estado de ánimo. Lo que tienen en común sus últimas obras es la escritura, que no hay que entender como escritura, sino como grafismo.
-“Ventana al verano”, Marianela Raggi y “Sín título”, Rocío Romero. De Rocío y Marianela no puedo decir nada, porque son mis colegas y compañeras de taller, Nosotros I y Nosotros II. Si mirás los cuadros de Marianela Raggi, después de haber visto varios, te das cuenta que tienen un color propio y una imagen propia que la identifica. Y pasa lo mismo con Romero. Ella tiene paleta propia y una fuerza propia, si viste varios romeros, te das cuenta cuál es un romerito.
El cuadro de Mane se trasformó en una "instalación", con mueble y libros incluidos, en el momento que colgaron.
-“Secretos de taller”, Rodolfo Morfese. Y éste es el único que no puedo hablar.
-“Secretos de taller”, Rodolfo Morfese. Y éste es el único que no puedo hablar.
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