domingo, 11 de abril de 2010


Semana de la Poesía 2010. Segunda entrega, 20 autores

[Categoría: Mayores]


Detrás

Un día
un sueño
un niño…

Muchas preguntas…
ninguna respuesta que haga
nacer otra vez al hombre.

Sueños y más sueños…

Detrás de un hombre-niño.

Julio Aguilar
(Poema y dibujo con fibras)





Música china
Qué pasa cuando los argumentos en la cabeza se multiplican, apilan y mezclan componiendo apelmazadas formas sin-forma.

Qué pasa cuando abre la razón el espacio para que entre la paradoja y el dilema.

¿Qué pasa?

¿Qué?

¿Pasa?

Cuando en una misma esquina eunuca de semáforos, se juntan
las pulsiones huérfanas con los fluidos neuronales sin resolución
que apuntan a la nada.

Supongamos entonces,
para que el futuro no nos sorprenda,
que sucedió de repente eso.

Tracemos un mapa. Eso sería sensato,
eso… haría un experto:
¿Qué hacemos?

(Bien vendría en esta parte tomar un lápiz,
sostenerlo entre el pulgar, el índice y el anular,
y estirarse con el otro brazo a acercarnos un manojo de papeles en blanco,
el anotador, el sobrante de un cuaderno de materias no cursadas).

Habrá que inventar una Viena en la manzana más cercana,
y juntarse con vecinos para armar un círculo que recorte de una vez
los pensamientos, dejando sólo lo que da de comer, lo útil,
y el resto será un espacio basura que rellenaremos con psicofármacos
abastecidos por los siquiatras del barrio, la cooperadora escolar o el sindicato.

O creer firmemente que Frankfurt es un barrio de San Martín, o de Ranelagh,
lo mismo da.
Y reunirse con gente a intentar conexiones
entre todas nuestras confusiones apelmazadas,
y reinterpretar textos en alemán (que leerá el dueño de algún almacén, exiliado de la guerra del 40)
para encontrar lo Universal, lo Material, el Progreso, la Historia,
otra vez, reformulados, disfrazados, llenos de lodo,
esos principios que deben (la pucha! claro que deben!)
estar ahí escondidos desde siempre,
rígidos, hechos de fierro,
onmipresentes.

Y sino, habrá que cruzarse enfrente,
al edificio cuyo frente nos vigila,
o nos espía.
Habrá que entrar despacio
y dejar los zapatos en la puerta
junto al zócalo
de roble
recién...
recién lustrado.
Paciente, allá
bajo el marco que sostiene el retrato
antiguo,
en sepia y papel horadado,
de algún ancestro de ancestros
de ancestros...
la cara rígida
suspendiendo una sonrisa centagenaria.

Habrá que saludar, entonces, inclinados,
ya descalzos,
ante un tótem
que puede ser de bronce o mármol,
es igual.

El hecho es agacharse y saludar,
mostrar respeto, vergüenza.

"Sayonara" diremos a coro con vecinos, maestras, comerciantes, taxistas y camareras; no se oirá respuesta.

"Sayonara" insistiremos, los que cruzamos hasta aquí tras el orden,
impulsados por el repentino vaciamiento de nuestras Romas que
hambrientas, deseantes, intentan regenerarse una y otra vez.

(La Roma vacía, hace temblar al cuerpo,
la ausencia de Roma, lo enloquece).

"Sayonara" una y mil trescientas setenta y dos veces,
la respuesta, la misma: homogéneo silencio.

A esa altura redoblaremos esfuerzos,
vendrá otra vez (oh, bienaventurada!!) la metafísica a nosotros
acostumbrados a la santa lógica
que explica el mundo, “ese” mundo nuestro.
Canales, mensaje, emisor, receptor,
ensayaremos teorías,
no puede haber respuestas mudas;
no, no son partes de las reglas de juego.

(la Roma vacía...la ausencia de Roma…)

El tiempo poco a poco debiera ir diluyéndose,
(alguna cámara nublará su enfoque en retirada,
distorsionando levemente la imagen)
como se le diluye al condenado a muerte
o al soldado que vislumbra al gurka acercarse a su trinchera.
Y tal vez ahí alguien responda el insistente saludo
y nos lluevan kimonos para taparnos al dormir,
lleguen Budas a enseñarnos a no desear,
vengan Samuráis a explicarnos el honor
y nos crezcan barbas como al viejo Sidharta
completamente hundidos ya en la noche Oriental.

No faltarán durazneros para recostarnos a escribir haikus,
ni jardines para correr doncellas,
ni ríos para hacer ofrendas.

2010

Sergio Massarotto





Amaneceres
Algunas musas encuentran amaneceres,
dejan que su perfume sea en la luz,
bailan entre los dedos de un niño que aún juega.

Emprenden su camino temprano, no les asusta la tormenta
ni el meteorito que las asola, a veces.

Algunos pedazos de cielo se descuelgan entre las lágrimas,
y una mujer les seca en su cuerpo el otoño.
Amanece de nuevo plegado en lucecitas,
recorren lo que entre sus dedos se nace.

Algunos hombres bailan en la fundida silueta
y se confunden sin dislocarse con otros hombres
que se vibran en una sola música.

Algunas mujeres rozan su piel perfumándose a sí mismas,
con los destellos de los árboles también fundidos con el éter.

Algunos como yo estamos para otearlo,
y mirar nuestro hoy que vibra de nuevo.

Desde los amaneceres te amanezco,
me amaneces.

Alejandro Delorenzi



Árbol inclinado

Solo en el campo
el árbol inclinado
reseca tus hojas
los pájaros volaron.

El invierno duro
casi despojado
así en la llanura
estás desolado.

Ahora que el viento
tu tronco retuerce
tu cáscara añosa
empieza a caerse.

Puede que pronto
llegue primavera
inclinado buscas
tu traje de espera.

Allí en tu regazo
aniden los pájaros
un canto de amor
sobre tus gajos.

Alcira Moreno



Mi pueblo

Mi pueblo tiene cosas
que sólo se ven con el alma…
algunas las acariciamos
con tan sólo una mirada.

Es chico y por eso siempre
ciertas travesuras se destacan
pero es tierno y compañero
cuando el dolor lo ataca.

Mi pueblo tiene mañanas
con caras de sol curtidas
y manos callosas tostadas

cuando lo tiñe la noche
con sus sombras silenciosas
salen a pasear los sueños
entre surcos y majadas.

Mi pueblo es de casas bajas
con siestas tranquilas
tardes de mate
y olor a tortas fritas

en días de lluvia
largos como la esperanza
con humo en las chimeneas
y calles de tierra
salpicadas de tristeza
ilusiones y risas mezcladas.

Mi pueblo tiene cosas
que sólo se ven con el alma…

Haydeé de Uribe





Mi rancho

En mi rancho de adobe
techo de paja y alero
revoque bien amasado
como casita de hornero.

Mi rancho estaba en el campo
en lo alto de una loma
con las paredes bien blancas
parecía una paloma.

Mi rancho se hizo tapera
cuando yo me fui del pago
se fue cayendo de a poco
mi rancho que tanto halago.

Hoy estoy solo en el mundo
la pucha que lo tiró
mi mujer se fue con otro
y el perro se me murió.

A mi flete lo vendí
sin caballo me quedé
pero después comprendí
y voy andando de a pie.

Para qué rezongar al cohete
corre bronca por mis venas
hoy ya no tengo mi flete
ando a caballo de mis penas.

Mis penas son un dolor
que están muy dentro de mí
mis penas son un dolor
y a cantarlas aprendí.

Hugo C. Delgado




Un presentimiento
Nací un poco al norte
allá por el año treinta
lindos pagos chacareros
de soja, maíz y trigo.
Nunca negué haber nacido
en los pagos de Chacabuco.

Tuve una vida sencilla
y también muy alegre
en esos campos divinos
cuarenta años oyendo
trinos de pájaros cantores
realmente fueron primores
que nunca volveré a ver.
A veces me surcan lágrimas
con ganas de volver.

Tuve una hermana tremenda
que no era de darle “rienda”
diez años ordeñamos juntos
a la vez media maleva
volcábamos tarro aparte
no era de darle tregua
en el menor descuido
te hacía errar la “cueva”.

Mi padre era malagueño
cuando tenía dos años
llegó a estas tierras argentinas
sin duda Dios lo mandó
a descubrir esta mina
“rompiendo” pajonales
con los bueyes argentinos.

Dijo mi padre enojado
y no era de sorprender
“yo nunca aprendí a leer
pero mis hijos carajo
empezarán bien de abajo
para saberse defender”.

A mi hermano mayor y a mí
nos puso a los dos de pupilos
en la Escuela Salesiana
para que el día de mañana
conozcamos el camino
y sigamos siempre adelante
con un buen claro destino.

Fui estudiante de agronomía,
peón, capataz, tambero y mayordomo.
Y hoy sentadito en una silla
espero que Dios me premie
por esta vida sencilla.

Ulises “El Cholo” 80 años
Barrio Hipotecario





El Cielo…

Desde chico aprendí que el cielo
era la meta al decir ¡te quiero!,
y fui creciendo, entre rondas, juegos y peleas,
y ganando a la rayuela que aprendí en la escuela.

Luego descubrí el cielo en la bandera,
y al admirarla el cielo atrás estaba.
Y cuando me tocó jurarla como hombre
una lágrima empañaba mi mirada.

El cielo siempre está observando todo,
en él busco de vez en cuando mis respuestas,
y converso con quienes ya viajaron su destino
para pedirles que corrijan mi camino.

En el cielo…miro las nubes recordando tus ojos,
si es que en ese momento no estamos el uno con el otro.
Y sé que el cielo estará al final de mi camino,
y será bueno, porque allí está nuestro Amigo…

Juan Carlos Viale



Una mañana

Un día amaneció oscuro
como si fuera de noche.
Negros nubarrones
cubrían el firmamento.
De pronto como si fuera
un hada que con su varita
mágica lo tocara,
apareció el Astro Rey.

Esa niñita que miraba a través
de la ventana, dijo para sí:
abrirán las flores, los pajaritos
entonarán sus trinos como
si fuesen canciones
y podré ir a la escuela,
ya que la lluvia no me mojará.

Y saldré al patio de la escuela,
jugaré con mis compañeros
y amigos, entonaremos esas
canciones de María Elena
Walsh que mamá me enseñó:
“Manuelita vivía en Pehuajó…”
“Había una vez una vaca
que vivía en la Quebradada
de Humahuaca…”
Y así muchas más.

¡Qué lindo es el patio
de mi escuela y estar
junto a mis compañeros!
¡Viva el Astro Rey!

Lilia Ester Roscelli





¡Cómo quisiera saber!
(Monólogo del guardapolvo)

Soy el blanco guardapolvo
recibo amor, sol, ternuras
y me pregunto mil veces
¿Quién inventó mi figura?

Nací de un rollo de tela,
fruto de la tierra y llanuras,
moldes y la mar en coche…
entre alfileres, costuras.

Pienso en el noble labriego
y en las semillas a las que debo
lo que ahora encuentro:
niños, alegría, música.

Me regocijo en el Himno,
sus dulces notas me acunan
y el flamear de mi bandera,
mensajera en las alturas.

Siento me acarician aulas,
el sol, el viento, la lluvia,
los festejos de mi patria
e historias que serían muchas.

Ya ven soy el guardapolvo,
no lastimen mi blancura.
Niños… pregúntenle al mundo
¿Quién inventó mi figura?

Chola Rizzi




Niño pequeño

Niño pequeño, niño tan tierno,
tu cuerpo cansado
sufre el desconcierto.
No entiendes de leyes,
política y derechos.
Sólo anhelas besos, abrazos y besos.

Caminas, caminas,
ayudas en casa
y por unas monedas
sacrifican tu infancia.

Tu rostro inocente
no muestra sonrisas,
vislumbra cansancio
y tu niñez perdida.

Sueñas que tienes
un mundo de cuentos
con tibios abrazos
y miles “te quiero”.

Mas luego despiertas;
tu vida no es esa,
la tuya te ofrece
dolores y penas.

Niño pequeño, niño tan tierno
Dios ha de querer
que algún día tengas
un trabajo digno
y que con él puedas
vivir con tus hijos
un mundo mejor,
realidad más bella.

Niño pequeño, niño tan tierno,
llegará ese día:
Te lo prometemos.

Edith Vasallo




Nuevo Canto A Haití

Regresan a Haití
después de tanta vergüenza
sumergida entre las sombras
de ese olvido
capaz de anestesiar atrocidades
y que la historia
conserva entre sus hojas

Regresan a Haití
a recorrer las ruinas que dibujaron
en su atlas de holocaustos
y tragedias
asisten al funeral de los sueños
caídos bajo su ley del mercado
con tu naturaleza desierta
y tus recursos quebrados

Después de arrastrarlos
a la miseria
pisan nuevamente tu suelo
en su cruzada solidaria
por cada víctima
por cada sobreviviente
que los sobreviviera
cuando fraguaron
el devenir de tu tierra

Regresan a Haití
con las mismas banderas
que un día portaban sus soldados
para abolir el ejercicio soberano
de la libertad
para sembrarte de lágrimas
cuando entonces no interesaba
el destino de un solo hijo
y su paño de estrellas
hedía a exterminio

Regresan a Haití
a consagrar su falacia
con maquillajes irreductibles
de discursos vacíos
y plegarias sin credos
a condonar la usura
que sostiene
el esplendor del imperio
a evaluar la extensa agonía
de tu gente
con trajes aún manchados
de sangre insurgente
derramada
por inocentes de territorios irredentos

Regresan a Haití
después de haberla sometido
como a una hembra indefensa
―hasta vaciarla de esperanzas―
y teñir con despojos
el albor de la patria
Después de enseñarles
la magnitud del espanto
con el saqueo constante
a sus negras mañanas
que eran de sonrisas plenas
y que por ser negras
tendrían también que ser esclavas

Regresan a Haití
a mentir su dogma
de Hipocresía reciclada
a extender su régimen
de apariencias cotidianas
ante tus calles atestadas de necesidades
de hermanos que nunca
encenderán sus sonrisas
para intentar otra vez
cifrar la esperanza.

25/01/10

Raúl Ernesto Valobra



Legiones que ya se van

Veo esos cuerpos viejos,
alguna vez fueron mi igual.
Veo en mí, mi tiempo;
su tiempo, me ha de alcanzar.
¿Cómo saber qué piensan?
parecen mirar sin ver,
tienen marcas en la piel,
trabajos, soles y sal,
dulces grietas de sabiduría,
profundas de amor y paz.

Son nuestros abuelos,
legiones que ya se van.

Se juntan en las plazas
sólo a mirar y mirar,
se les acaba el tiempo,
uno a uno se han de ausentar.
Son nuestros abuelos,
legiones que ya se van.

Darán su cuerpo a la tierra,
sus almas quedarán en libertad.

Ricardo Oscar Bernardez(Poema y dibujo)




Mis ausencias
Venero a la memoria
que me trae del recuerdo
la emoción vivida
para acunarla en el presente…
y volver a sentirla.

Renacer la fuerza
que emana de la conciencia;
desfallecer de llanto guardado,
recuperar esa pena…

Transformarla en sonrisa
y agradecer a la vida
por haber compartido tanto
con mis ausencias más queridas.

¡Benditos fantasmas
que me obligan
a bruñir los sueños viejos
y de una vez comprender
la beatífica comunión
entre el ser y el parecer!

Seudónimo: Cira



La primera vez

Eres como la brisa
que acaricia mi piel,
con un toque de ternura
tiene la frescura justa
de la primera vez.

Eres como la lluvia
que me moja toda,
refrescando mi alma,
desnudando la piel,
devolviendo la calma
con amor y placer.

Eres como el sol del amanecer
que ilumina mis mañanas,
que le da vida a mis días,
que me enamora día a día
como la primera vez.

Eres como el atardecer
que adormece en silencio,
calma mis recuerdos,
la da paz a mis días,
nubla mis nostalgias
con un poco de alegría.

Claudia Asmus




¡Cómo…!

Cómo deseo…
entrar en tu cabeza;
descubrir tus pensamientos.

Cómo deseo…
abrir tu corazón;
conocer tus sentimientos.

Cómo deseo…
palpar tu cuerpo;
sentir que estamos vivos.

Cómo deseo…
ahogar mi alma,
todo mi ser y…
vibrar en tus brazos.

Cómo deseo…
amar…amarte…
amarnos;
sin prejuicios.

Seudónimo: Pilar Trece-Diez




La página en blanco

La página ostenta su blanco impecable
fondea en mi ánimo y buscar ser algo!

Las palabras todas golpean, se asocian
y me piden ávidas un pronto adentrarnos…

Se amontonan yermas sobre su armadura
y siento en mi alma que debo salvarlas!

Hay algo adentro que quiere soltarse…
Hay un grito manso que busca y me ase

De pronto la calle la casa la gente
se encabalgan y me hablan!

Los miro distantes
Les tomo las ansias y les digo con ellos
sobre el blanco amante…

La página vive su embarazo sabio
porque sabe –acaso- que es naviera en aguas
de un fiel navegante…

Página y escriba se unen insondables
mientras ya se asoma el hijo de ambos!

Tomás José Riva



Discurre otoño
discurre otoño en la piel
aquí/duele
entrega/en tu aire
otoño
una cura total
dolor/quebranto
toda la ternura/
toda la ternura
aquí/lugar del corazón
persiste/queda
soledad de otoño
pegada en el costado
bella soledad
insiste/lugar del pensar/
la soledad queda/queda

Marzo de 2009

Susana Frasseren






[Categoría: Menores]


Cuánto te quiero, mi reina
En el cielo tus miradas
en las rosas tu belleza
y en el medio de mi corazón
tu pura nobleza.

Pamela Belén Gómez, 9 años


Te pierdo
Una vez más
la circunstancias de la vida
nos separan.
Una vez más
te pierdo
sin poder hacer nada.
Otra vez…
pasó horas pensando
en cómo fue…
que te quise tanto.
Nunca voy a olvidar
todo lo que hicimos juntos,
lo voy a llevar conmigo.
Es difícil es aceptar
que en parte tuve la culpa
de que todo se termine
y nuestro amor se destruya.
Sólo puedo asegurar
que no fue intencional.
¡Fuiste, sos y serás
mi amor incondicional!
Mayra Silva

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