martes, 10 de marzo de 2009


La mujer en "La razón de mi vida" de Eva Perón



Todos los días millares de mujeres abandonan el campo femenino y empiezan a vivir como hombres. Trabajan casi como ellos. Prefieren, como ellos, la calle a la casa. No se resignan a ser ni madres, ni esposas. Sustituyen al hombre en todas partes.
¿Eso es “feminismo”? Yo pienso que debe ser más bien masculinización de nuestro sexo.
Y me pregunto si todo este cambio ha solucionado nuestro problema.
Pero no. Todos los males antiguos siguen en pie y aparecen otros nuevos. Cada día es mayor el número de mujeres jóvenes convencidas de que el peor negocio para ellas es formar un hogar. (…)
Renunciamos al hogar entonces…salimos a la calle en busca de una solución… sentimos que la solución es independizarnos económicamente y trabajamos en cualquier parte…pero ese trabajo nos iguala a los hombres y…¡no! no somos como ellos…ellos pueden vivir solos…nosotras no…nosotras sentimos necesidad de compañía, de una compañía total…sentimos necesidad de darnos más que de recibir…¡No podemos trabajar nada más que para ganar un sueldo como los hombres! (p. 274)

Porque en realidad con las mujeres debe suceder lo mismo que con los hombres, las familias y las naciones: mientras son económicamente libres, nadie les asigna ningún derecho.
Me imagino que mucha gente verá en esta opinión mía, muy personal y muy mía, un concepto demasiado materialista. Y no es así. Yo creo en los valores espirituales. (…)
Por eso mismo, porque creo en el espíritu, considero que es urgente conciliar en la mujer su necesidad de ser esposa y madre con esa otra necesidad de derechos que como persona humana digna lleva también en lo más íntimo de su corazón. Y un principio de solución pienso yo que será aquella pequeña independencia económica de la que hablado. Si no le hallamos una solución a nuestro dilema, pronto sucederá en el mundo una cosa inconcebible: sólo aceptarán constituir un hogar verdadero (no medio hogar o medio matrimonio) las mujeres menos capaces…las que no encuentren fuera del matrimonio y del hogar otra solución

“económica” que sustente sus derechos mínimos.
Descenderá entonces la jerarquía de madre de familia al nivel de lo ridículo. Se dirá –y ya se está diciendo- que sólo las tontas queman las naves casándose, creando un hogar, cargándose de hijos. ¡Y eso no puede suceder en el mundo!
Son los valores morales los que han quebrado en esta actualidad desastrosa: y no serán los hombres quienes los restituyan a su antiguo prestigio…y no serán tampoco las mujeres masculinizadas. No. ¡Serán otra vez las madres! Esto no se cómo probarlo, pero lo siento como una verdad absoluta. (p.278)

Yo creo firmemente que la mujer –al revés de lo que es opinión común entre los hombres- vive mejor en la acción que en la inactividad. Lo veo todos los días en mi trabajo de acción política y de acción social. La razón es muy simple: el hombre puede vivir exclusivamente para sí mismo. La mujer, no. Si una mujer vive para sí misma, yo creo que no es mujer o no puede decirse que viva… Por eso le tengo miedo a la “masculinización” de las mujeres.
Cuando llegan a eso, entonces se hacen egoístas aun más que los hombres, porque las mujeres llevamos las cosas más a la tremenda que los hombres. Un hombre de acción es el que triunfa sobre los demás. Una mujer de acción, es la que triunfa para los demás…¿no es ésta una gran diferencia? La felicidad de una mujer no es su felicidad sino la de otros.
Por eso cuando yo pensé en mi movimiento femenino no quise sacar a la mujer de lo que es tan suyo. En política, los hombres buscan su propio triunfo. Las mujeres, si hiciesen eso, dejarían de ser mujeres.
Yo he querido que, en el partido femenino, las mujeres no se buscasen a sí mismas…, que allí mismo sirviesen a los demás de alguna forma fraternal y generosa.
El problema de la mujer es siempre en todas partes el hondo y fundamental problema del hogar. Es su gran destino. Su irremediable destino.
Necesita tener un hogar, cuando no pueda construirlo con su carne lo hará con su alma ¡o no es mujer! Bueno, por eso mismo yo he querido que mi partido sea un hogar…que cada unidad básica sea algo así como una familia…con sus grandes amores y sus pequeñas desavenencias, con su fecundidad excelsa y su laboriosidad interminable.
Sé que en muchas partes lo he conseguido ya.
¡Sobre todo donde las mujeres que he designado son más mujeres…!

Más que una acción política, el movimiento femenino tiene que desenvolver una acción social. ¡Precisamente porque la acción social es algo que las mujeres llevamos en la sangre!
Servir a otros es nuestro destino y nuestra vocación y eso es acción social…
No aquello otro de “vida social”…¡que eso es todo lo contrario de la acción…!
(p.301)

La razón de mi vida, Tercera parte: Las mujeres y mi misión, Eva Perón, Ediciones Peuser, 1952

Obra arriba de Daniel Santoro en: www.danielsantoro.com.ar/



Bibliografía sobre el género en la Biblioteca (no es toda, por supuesto, pero esta busca ser especializada. Obviamos las biografías sobre mujeres pues la lista sería enorme):

-Diccionario biográfico de mujeres argentinas, Lily Sosa de Newton, Ed. Plus Ultra,1986.
-Historia de las mujeres, Editorial Taurus (5 tomos, 2800 páginas.): La antigüedad, La edad media, Del Renacimiento a la edad moderna, Siglo XIX y Siglo XX.
-Historia de las mujeres, una historia propia, Bonnie Anderson y J.P. Zinsser, (600 p.), Editorial Crítica.
-Mujeres del siglo XII, Georges Duby.
-Vida de cotidiana de hombres y mujeres de la colonia, J.C. Garavaglia y Raúl Franklin.
-Historia y género, compiladora: Dora Barrancos, Biblioteca Política Argentina, CEAL, 1993.
-Mujer y política: participación y exclusión (1955-1966), Lidia Henales y Josefina del Solar, Biblioteca Política Argentina, CEAL, 1993.
-Sobre Sujeto y Género (lecturas feministas desde Beauvoir a Butler), María Luisa Femenías.
-Unidos o dominados, mujeres y varones frente al sistema patriarcal, Héctor Bonaparte.
-La mujer en la educación preescolar argentina, B. Capizzano de Capalbo y Matilde L. de González Canda.
-Mujeres jefas de hogar, características y tácticas de supervivencia, Liliana A.Morales.
-Mujeres y estado en la Argentina, Educación, salud y beneficencia, María Herminia B. Di Liscia.
-Mujeres de 50, Hilda Levy.
-Mujeres de 60, Hilda Levy.
-Madres excluidas, Eva Gilbert, Silvia de Gora, Beatriz Taborda.
-El fraude de la igualdad, María Milagros Rivera Garretas.
-Estudios sobre la subjetividad femenina, mujeres y salud mental, Mabel Brun.
-La mujer en los negocios, Ronya Kozmetsky.
-Mujeres en plena revuelta, una odisea de la conciencia, Liliana Mizrahi.
-Meditaciones diarias para mujeres que aman demasiado, Robin Norwood.
-El amor no es cómo nos contaron…ni cómo lo inventamos, Clara Coria.
-Los cambios en la vida de las mujeres, Clara Coria y Susana Covas.
-Malos muchachos (por qué los amamos, cómo vivir con ellos y cuándo abandonarlos), Carole Lieberman.
-Historias de amor de la historia argentina, Lucía Gálvez.
-La mujeres y la patria, Lucía Gálvez.
-Argentinas de Rosas a Perón, María Gabriela Mizraje.
-Luna federal, las mujeres que desobedecieron a Urquiza, Susana Bilbao.
-La amante del restaurador, María Ester de Miguel.
-El general, el pintor y la dama, María Ester de Miguel.
-Las batallas secretas de Belgrano, María Ester de Miguel.

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